Ilustração de Bruno Aziz para a edição de 02 de julho de 2009 do jornal “A Tarde”
No pretendo aquí hablar de la historia de María Felipa, pretendo como comunicadora y capoeirista que soy, pensar qué sentidos nos representa una figura tal.
El primero que se me viene a la cabeza es VALENTÍA.
Una mujer negra de valentía colosal.Esa valentía que invocamos muchas capoeiristas feministas para posicionarnos frente a inequidades e injusticias que sobreviven en nuestro tiempo, cuando todavía muchas mujeres guardan silencio sobre las fantasías proyectadas sobre sus cuerpos y sostienen con ambos brazos esa estructura pesada que se llama patriarcado.
Pues las mujeres todavía se realizan en un mundo signado por prejuicios de clase y de raza, como cuerpos sometidos a tabúes y estereotipos que sirven como excusas para legitimar las más evidentes discriminaciones sexistas.Si hay algo que define al feminismo es la batalla interpretativa y la reivindicación política sobre temas tabú u olvidados que son de importancia capital para entender la situación de desigualdad y subordinación de mujeres y disidencias de la heteronorma.
Por eso reivindicamos a María Felipa como ícono del feminismo y de la capoeira, como figura para un espacio filosófico y político como es la roda de capoeira, prácticamente deshabitado por décadas por el feminismo y con temas que, hasta la fecha, se despreciaban como ajenos al arte.Para ello la valentía es crucial. Y esa valentía que tantas veces enarbolamos solas, ahora nos encuentra juntas, en redes, en colectivos que nos fortalecen, nos incomodan, nos acobijan.
El segundo sentido que me invoca pensar en María Felipa es lucha por la INDEPENDENCIA.
Las mujeres, por tanto tiempo confinadas e irónicamente ‘reinas’ del ámbito doméstico, fuimos recluidas al mundo privado, un mundo siempre disponible para las necesidades, afectos y deseos de los otros. Las mujeres, con certeza, precisamos independencia, para que nuestros cuerpos aparezcan en la esfera pública: las calles, las plazas, los espacios adonde tienen lugar las rodas de capoeira, reclamando nuestra ciudadanía en ella.
Y para ello precisamos autonomía y soberanía sobre nuestros propios cuerpos, así como precisamos que los espacios que transitemos sean lugares seguros. No queremos ya necesitar de la protección patriarcal, queremos un cuidado colectivo.
El último y más radical sentido que figura María Felipa es para mí el de LIBERTAD.
Para cumplir con estos ideales me parece que debemos LIBRARNOS de una atadura: aquella que sostiene que la primera vocación de la mujer será siempre la de agradar, deseando la aprobación patriarcal y desplazando las ansias de libertad. Este imperativo nos insta a perder confianza, a llenarnos de dudas, miedos e inseguridades cuando nuestras prácticas entran en contradicción con lo que se espera de nosotras como ‘mujeres en la capoeira’.
Precisamos sí de las que incomodan, de su atrevimiento audaz y genial que tensiona a la tradición patriarcal en el condicionamiento de las mujeres, forzadas por la costumbre a adoptar roles considerados socialmente inferiores. Queremos ser libres, movernos por el mundo de la capoeira con iniciativa y audacia, con independencia. Ya no queremos ser ‘musas’ de canciones, queremos ser creadoras y narradoras de nuestra propia historia y nuestras propias canciones.
Maria Laura Schaufler – Capoeirista, investigadora, integrante del colectivo Marias Felipas y Ginga feminista, Instructora Pensadora del Grupo Capoeira Onda Santa Fe – Argentina